Según el “Statista” un portal de estadística alemán que investiga el libre comercio a nivel mundial dice, “La cerveza es sin duda el tipo de bebida alcohólica más consumida del mundo” y en Chile sigue ranqueado como el número uno, ganando por un 68,4% al vino. Por eso en virtud del día internacional de la cerveza del pasado viernes 2 de agosto, les contaremos sobre dos jóvenes emprendedores mejilloninos que están cumpliendo hoy su sueño de construir una cervecería artesanal en su comuna.
La historia de Nicolás Ladron De Guevara y Damian Vilches fundadores de la cervecería artesanal llamada “Península” y que el pasado martes 30 de julio ganaron el Fondo Concursable 2024 de Puerto Angamos para emprendedores dedicados al turismo. Todo esto comenzó con una idea que tenían ambos amigos de infancia, desde enseñanza básica el sueño de algún día tener su propia cervecería, algo que en ese entonces se veía bastante lejano, a pesar del pasar de los años este proyecto seguía en mente.
Un día Damian decide trabajar en una pyme de distribución de cerveza, donde aprovechó de asesorarse, arrendar máquinas, ver los barriles e investigar del tema, fue en ese entonces que las posibilidades de tener su propia fábrica estaban mucho más cerca de lo esperado. Por otra parte, Nicolás toma la iniciativa junto a su amigo para asistir a cursos de cervecería en Antofagasta.
Ya conociendo el sistema y el mercado, toman la decisión de fabricar su propia cerveza, el año pasado en la última semana de diciembre compraron mil doscientos botellines partiendo en enero, ese mismo mes lograron presentarlo a la comunidad y autoridades en la feria veraniega del sector costanera viéndose inmersos a resultados bastante positivos al venderse todo el producto, esto los motivó para ir mejorando y expandiéndose.
El proceso de fabricación es bastante interesante ya que ha mantenido la autenticidad y diferencia a otros productos es su parte ecológica, debido a que su responsabilidad medio ambiental es producir lo menos desechos posibles, comenzaron por reciclar los envases, luego por diseñar un par de botellas. Por último, junto con un proyecto agrícola de la comuna toda la cebada de la cerveza se está utilizando para alimentar lombrices, sacar humus y además hacer compostaje.
La historia de ambos emprendedores refleja cómo la pasión y perseverancia pueden transformar un sueño de infancia en una realidad y no solo por lograr entrar al mercado, sino que de esta manera dejan una huella positiva en su entorno al incorporar prácticas sostenibles en su producto. Sus metas y aspiraciones son ir creciendo para tener más experiencia e ir aprendiendo en el proceso.
