Un reciente accidente mortal en Mejillones ha destapado una serie de irregularidades en la operación de una planta desalinizadora que abastece de agua a la mina Spence, propiedad de la multinacional BHP Billiton. La muerte de un buzo de la empresa Premar, quien realizaba tareas de mantenimiento en la instalación, expuso la falta de permisos y el uso indebido de terrenos fiscales, generando cuestionamientos sobre el cumplimiento de normativas en una de las inversiones mineras más grandes de la región. Así lo informó El Mostrador, que conoció los detalles de la investigación.
La planta desalinizadora, operada por el Grupo Cobra y construida específicamente para la mina Spence, fue inaugurada en mayo de 2022 con una inversión de 2.460 millones de dólares. Sin embargo, a raíz del fallecimiento del buzo en noviembre de 2021, Premar presentó una demanda por daños contra Cobra Montajes, Caitan SpA y Compañía Minera Spence, acusándolas de no eliminar condiciones de riesgo en las faenas de mantención, las cuales comprometieron gravemente la seguridad del trabajador.
La denuncia de Premar también detalla que, durante las labores de mantenimiento, se mantuvieron en operación las bombas de impulsión, lo cual aumentó el riesgo de desbordamiento de agua y espuma, factores que contribuyeron al accidente fatal. Según el dueño de Premar, estos riesgos no fueron informados de manera adecuada, y la falta de medidas preventivas agravó las condiciones inseguras en el área de trabajo.
Desde la Dirección de Obras Municipales de Mejillones, se confirmó la carencia de permisos de edificación y el uso irregular del terreno para la planta desalinizadora, lo que constituye una infracción del Plan Regulador Comunal y la normativa ambiental vigente.
Estos antecedentes han intensificado la controversia y han puesto en el foco de la opinión pública las prácticas de las empresas involucradas en uno de los mayores proyectos de inversión minera en el norte del país.